Aunque el verano sea una época de desconexión y de relax para nosotros, hay un aspecto en el que no debemos de bajar la guardia con respecto a nuestros peludos. ¡Los parásitos! 

Las altas temperaturas, la mayor presencia en espacios públicos, el consumo de alimentos en mal estado, etc. son factores que favorecen el contagio y a los que debemos de prestar especial atención. ¡Así que vamos a aprender un poco más sobre ellos!

Los parásitos más comunes en verano

Definimos el término parásito como “cualquier organismo que se alimenta de las sustancias que elabora un ser vivo de distinta especie, viviendo en su interior o sobre su superficie, con lo que suele causarle algún daño o enfermedad”.

Por tanto, podemos clasificar a estos huéspedes en parásitos internos o endoparásitos (viven en el interior del cuerpo del animal, especialmente en el intestino, el corazón y los pulmones, entre otros órganos) y externos o ectoparásitos (se adhieren a la superficie de otros seres vivos).

Al igual que ocurre con la fruta, cada uno de estos organismos tienen su propia temporada alta y temporada baja. Se dice que los internos son más comunes durante las estaciones más cálidas, mientras que los externos lo son en otoño y primavera. De cualquier manera, ninguna estación del año se salva de ninguno de los dos tipos. Pero hoy vamos a destacar los cinco más frecuentes de la época estival.

  • Pulgas: Son tan conocidas por todos que hasta parecen inofensivas. Pero no nos equivoquemos, si no las detectamos a tiempo, estos organismos hematófagos (se alimentan de sangre) pueden llegar a poner a los perros en graves apuros. Lo habitual es que sus picaduras o mordiscos provoquen, sobre todo, picor, pero también una dermatitis alérgica o una anemia grave.

  • Garrapatas: Otro de los parásitos externos más frecuentes en los perros, pero más molestos y peligrosos que las anteriores. Tratan de ubicarse en zonas con la piel más fina, donde mejor pueden acceder a la sangre, como el cuello, las orejas o las ingles, o donde más difícil es rascarse. Su picadura puede ser la causante de enfermedades infecciosas, transmisoras de tifus o la enfermedad de Lyme, entre otras.

  • Gusanos redondos: De los parásitos internos, los áscaris son los gusanos redondos más frecuentes en nuestras mascotas, ¡así que tenerlos muy presentes! La transmisión se realiza, ni más ni menos, que a través de las heces; y aunque no producen enfermedades de alto riesgo, sobre todo en los más cachorros pueden producir síntomas digestivos (vientre hinchado, diarrea o vómitos) o respiratorios (normalmente tos y neumonía).

  • Gusanos con gancho: Un 30% de nuestras mascotas alberga en su intestino este tipo de parásitos. Las larvas infecciosas suelen llegar por vía oral al cuerpo del perro y pueden provocar graves hemorragias internas. Pueden haber penetrado también a través de la piel, provocando dermatitis y picor, o, en cachorros, a través de la leche materna.

  • Gusanos del corazón: Cuidado con ellos, ya que provocan una infección grave que ocasiona enfermedades pulmonares severas, insuficiencias cardíacas, daños orgánicos, y muerte en las mascotas. Muy común también en gatos y  hurones, es causada por una lombriz conocida como Dirofilaria immitis. El cambio climático favorece este tipo de parásitos, ya que estos gusanos se transmiten a través de los mosquitos.

Los parásitos, tanto internos como externos, normalmente se transmiten en las zonas de paseos o a través del contacto con otros perros o animales de campo como el ganado, por lo que es recomendable evitar zonas de riesgo en las temporadas de mayor brote, así como revisar a nuestro perro después de cada paseo.

En caso de estar contagiados, estos síntomas pueden darte una pista: si nos enfrentamos a parásitos internos puedes apreciar cierta palidez en la lengua, ruidos en su estómago, fiebre, diarrea, vómitos, hinchazón abdominal, cansancio, sangre en las heces o heces blandas, adelgazamiento, estreñimiento… Los externos pueden provocar pérdida de pelo, mal olor o lesiones producidas por el rascado.

Importancia de hacer revisiones 

 

¡Desparasitar periódicamente es lo más eficaz en estos casos! Es importante que acudamos a nuestro veterinario para realizar las correspondientes desparasitaciones ya que se trata de una medida de prevención muy importante para garantizar el bienestar de nuestro animal.

Es difícil definir cada cuánto tiempo hay que desparasitar a los perros ya que esto depende mucho del estilo de vida que lleven y del entorno en donde vivan, aún así los expertos recomiendan la desparasitación interna de los perros al menos cada 3 meses, una por cada estación del año; mientras que  la desparasitación externa dependerá de la duración y marca  del producto. 

Además de la importancia de mantener el calendario de vacunas al día, en Dog Lovers recomendamos pastillas para desparasitar, así como  pipetas, collares insecticidas, sprays y  champús específicos. 

 Ya sabes, ¡al loro con estas pequeñas criaturas y no dudes en consultar a tu veterinario o especialista si tienes cualquier tipo de duda!